Pero… ¡¡qué me estás contando!!

Con todo lo que crecemos como profesionales, con todo lo que avanzamos en el día a día, con todo lo que hemos aprendido… y aún observamos fallos estructurales en la comunicación interna en nuestros trabajos. Diríase que vamos al ritmo de aquella canción del simpático Ricky Martin…. «1-2-3… un pasito pa´lante María»…. y «1-2-3… un pasito pa´trás».

Y  es que, es frecuente ver que los sistemas ERP y CRM que se utilizan en Educación (nos estamos refiriendo a las plataformas de gestión académica en las que las familias ven principalmente las notas, las ausencias, etc…) el apartado de COMUNICACIÓN se limita tanto que se convierte en una especie de sistema de difusión para las circulares, mensajes cortos one-to-one, y poco más.

Resulta que todos sabemos que educar es comunicar (así, en negrita, para que quede grabado en nuestras mentes) y en las plataformas de gestión de una comunidad educativa de un colegio de tamaño medio, supongamos unos 800 alumnos (400 de los cuales ya están en E.S.O.) con sus 800 padres y 800 madres y sus 80 trabajadores (entre personal docente y no docente)…. Vamos, que entre ponte bien y estate quieto, contando con que algunas familias tienen más de un hijo, podriamos establecer que hablamos de un escenario de unas 2000 personas que siguen intercambiando información como en los 80 (y eso, con suerte).

El fallo ha consistido en querer abordar la comunicación para estos 2000 seres humanos, sin tener solucionada primero la comunicación interna, entre esos 75 docentes y 5 miembros del personal no docente, y es por esto que estas plataformas se han limitado a hacer una comunicación muy elemental, porque no han solucionado el paso previo, no han normalizado la forma de comunicarse profesional y digitalmente. No han pasado por una verdadera intranet de centro. Todavía es frecuente ver en muchos de esos escenarios informaciones relevantes que se trasmiten a la carrera por un pasillo, sin registro, sin interacción, sin privacidad…. o reservas de espacios comunes estructurales (un aula de informática, una sala de reuniones) con un bonito papel en la puerta, a modo de cuadrante.

¿Te imaginas qué locura jugar al teléfono escacharrado entre 2000 personas? Pues a veces, ocurre algo así. Con lo fácil que es adoptar como punto de partida esa vieja frase de «lo escrito, escrito queda». Y si ya está escrito en una herramienta accesible online, trazable, indexable, etc….

Avanzar tiene que ver con dar pasos, y en el ámbito de la comunicación, es bien sencillo: el camino ha de recorrerse en espiral (en sphiral, por ejemplo) comenzando por un grupo pequeño de trabajadores, en una misma ubicación física, (¿personal no docente, por ejemplo?) para continuar con el personal docente, por equipos, luego por etapas, luego todo el claustro, luego ya determinado alumnado, luego los aliados… para llegar a las familias.

No deja de sorprender que algo tan evidente se haya pasado tan fácil por alto. Pero no está todo perdido. Observatorios como éste pueden ayudar, y herramientas como sphiral, también.